No tuvimos tiempo de desayunar en el hostal, y tuvimos que llevar cereal, fruta, yogurt y galletas. Realizamos el check-out y nos dirigimos hacia la terminal de autobuses en la terminal Rodoviario ubicada en Av. España 1455, Puerto Natales, para ir hacia el Parque Nacional Torres del Paine. Fue un tramo de unos 10-15 min caminando a un paso rápido. Yo me tuve que adelantar un poco, porque pensaba que nos dejaba el autobús. Al llegar me comentaron que pasara al módulo de llegadas y salidas de la terminal, para entregar mi hoja de reserva, me entregaron los boletos de los autobuses de turismo Zaahj. En el autobús, desayunamos. El trayecto duró aproximadamente 2 horas hasta el destino Laguna Amarga, donde tomamos otro autobús de la compañía Las Torres Patagonia con destino al centro de bienvenida del parque. El costo fue de $3,000 CLP (pesos chilenos) o $5 USD en efectivo. En el autobús nos vendieron un mapa del parque nacional torres del Paine por $1,000 CLP también en efectivo.
Al llegar al centro de bienvenida, nos formamos y los rumores de que estaban cerrados ciertos servicios por la huelga de los guardabosques, fue cierto. Una chica, nos indicó nuestra dirección hacia el campamento Sector Central, donde hicimos fila para realizar el check-in en el módulo del campamento, que era una pequeña cabañita, donde indiqué mi número de reservación y apellido. Comentaron que había reservado para una sola persona, les pedí que revisaran, rectificaron y la reservación quedó lista para 2 personas, una noche, 1 carpa, 2 sacos de dormir (sleeping bags) y bajo sleeping. Comentaron que todavía no estaba lista la carpa, entonces, optamos por subir al mirador base torres en lo que estaba lista. Dejamos nuestras mochilas en una carpa grande, donde otros viajeros también habían dejado las suyas en lo que subían al mirador. Reacomodamos nuestras mochilas, sacamos las chamarras que íbamos a utilizar, el agua, barritas de amaranto y gorras. Conocimos a una mexicana que venía de Argentina, quien también iba a realizar el circuito de la W.
Nos encaminamos a seguir los letreros hacia Base Torres, pasamos el hotel y en un cruce, unas personas que venían de regreso me preguntaron dónde quedaba el campamento Base Torres, les di instrucciones comentando que estaban muy cerca. Subimos y bajamos colinas, cruzamos ríos en puentes colgantes de madera, sentimos el viento frío y limpio, disfrutando el hermoso paisaje de los árboles frondosos, con las montañas nevadas a nuestro alrededor y un cielo muy azul y limpio. Había mucha gente de todas partes del mundo, la mayoría europea, como alemanes, neerlandeses, españoles, también de EU y por supuesto de Chile. Tuvimos que seguir el camino señalado para senderistas, porque había señalamientos para las personas que iban en caballo. Alcanzamos a la mexicana que habíamos conocido en la carpa, quien iba acompañada de una chilena muy buena onda. Platicamos un rato con ellas, pero tenían un ritmo un poco lento, y optamos por rebasarlas.
Llegamos a un camino que estaba bloqueado con piedras y troncos, con un letrero puesto por los guardabosques, que decía Cerrado. Había cuatro o cinco de ellos, reunidos ahí como protesta de la huelga, a quienes les preguntamos, si era posible pasar, ellos contestaron que No, pero si quieren seguir el camino, es bajo su propia responsabilidad, ya que se pueden encontrar con algún puma que los ataque o tener un accidente y nadie va a ir por ustedes. Alguien más les preguntó, el salario que percibían y contestaron aproximadamente 350 USD. Entonces, junto con otro viajero francés, comentamos en inglés, vamos a seguir el camino aunque esté cerrado, a esto vinimos hasta la Patagonia, entonces junto a su pareja, empezaron a buscar por dónde pasar, nosotros los seguimos, y los demás también siguieron atrás de nosotros. Tuvimos que realizar algunas acrobacias para avanzar a través de los obstáculos, pero al pasar la parte difícil, pudimos retomar el sendero marcado. Podemos decir que, tuvimos una ventaja de que los guardabosques estuvieran en paro, porque no tuvimos que acatar las restricciones de horario para subir y/o bajar hacia los senderos y miradores.
Llegamos al mirador Base Torres, donde se ve la imponente pared al fondo, donde están las tres torres del Paine con una altitud de hasta 2200 msnm, pero tuvimos la mala suerte de que las nubes las tapaban y no las pudimos apreciar. Eso no importó, ya que, aun así, la bella postal quedaba plasmada ante nuestros ojos, el color turquesa del lago, que parecía un espejo del reflejo de la pared de montañas en el lago, fue algo sensacional. Buscamos el mejor ángulo para sacar fotografías a la octava maravilla del mundo, el cual fue arriba de una roca. Tuvimos nuestro lunch con una vista excepcional. Sacamos la bandera de México, posando para una foto para la posteridad. Un dato curiso, Mi esposina me puso el apodo de Gandalf, por cómo me veía en ese momento con mi mochila y bastones de senderismo. Esperamos un tiempo para ver si se quitaban las nubes que cubrían a las tres torres, pero solamente se logró despejar la parte de una, pero inmediatamente las nubes las volvían a cubrir.
Nos regresamos, llegamos al campamento y un chavo nos llevó hasta nuestra carpa armada. Yo tenía la duda de qué ponerme para dormir, porque no llevé pijama, entonces me puse un underwear como pantalón y una sudadera polar. Me puse mis sandalias de senderismo y nos fuimos a una de las cuatro regaderas con las que contaba el baño. Al abrir la llave, de inmediato empezó a salir agua hirviendo, que cayó como gloria después de unas 6 horas de senderismo de ida y vuelta a la base torres. Nos fuimos a una banca que estaba al aire libre, para poder cocinar, pero tuvimos que cambiar de lugar porque empezó a llover poco. Tuvimos que ir a la carpa, donde habíamos dejado nuestras mochilas, ahora estaba convertida en un gran comedor donde viajeros de diferentes partes del mundo, convivían en paz y armonía. Calentamos una sopa Knorr y un asado de cordero, en nuestra nueva cocinilla recién adquirida en Puerto Natales. En ese momento, yo tenía mucho frío en los pies, porque me había bañado con las sandalias de senderismo puestas y seguían mojadas. Después de comer, lavamos nuestros trastes en unos fregaderos condicionados para eso, y tiramos la basura en contenedores separados para reciclaje. Rellenamos nuestras botellas de los grifos sabiendo que era agua de glaciar. Regresamos a nuestra carpa para dormir.