Al llegar a Puerto Natales, Chile, el viento helado que daba una sensación más fría de temperatura de lo que marcaban los termómetros. Recogimos las mochilas de las bandas transportadoras, pagamos el bus del aeropuerto hacia el hostal. Fuimos los últimos en subir, mi esposina se quedó en un asiento atrás del mío. El conductor, acomodó nuestras mochilas, quien era una persona muy agradable, simpática y conocedora, ya que nos indicó en español e Inglés, los puntos de interés de Puerto Natales, la extensión de inicio a fin del parque nacional torres del Paine, así como el nombre de los picos de cada montaña. El conductor, iba dejando a cada pasajero, pareja o grupo de pasajeros en su hotel u hostal. Llegando al hostal Cordillera Azul, ya tenían nuestra habitación lista. Tuve que pagar un impuesto extra por usar una tarjeta extranjera. Empezamos a recorrer el pequeño pueblo, caminando sobre sus calles, con poca gente. Tanto las calles como los autos, tenían un aspecto europeo, porque la mayoría eran de diesel y con pequeños picos en las llantas, para evitar derrapes por nieve en el pavimento. Estuvimos buscando una cocinilla y tanque de gas, para cocinar dentro del parque Torres del Paine, pero no estábamos seguros si era mejor rentarla o comprarla, por lo que, preguntamos en varias tiendas, gracias a la búsqueda en Google maps, mediante la palabra clave de búsqueda, cocinilla, outdoor. Como vimos que la mayoría cerraban hasta las 21 hrs o hasta las 22 hrs, decidimos ir a comer al restaurante La Picada de Carlitos, donde pedimos un consomé, mi esposina pidió un cordero y yo una pechuga a la cordon blue. Yo traía puesto la playera verde de la selección mexicana que usó en el mundial de Qatar del 2022, y al estar sentado, un chileno me saludó y dijo ¡Viva México! Visitamos varias tiendas de ropa outdoor, como Adidas Terrex, Doite, Mammut, Patagonia y North Face, buscando chamarras rompevientos e impermeables. Me compré un rompevientos de la marca Kannu. Vimos que las chamarras Mammut, eran las más caras desde 5 mil pesos MXN para arriba, ya que, incluían diferentes niveles de impermeabilidad por mililitro de agua, y que al mismo tiempo eran rompevientos, polar y alta transpiración, además de eran muy ligeras, maleables. Mi esposina compró una chamarra de pluma de ganso de la marca Patagonia, y que donde nos atendieron eran de Venezuela, quienes dijeron que no necesitaba comprarse de lo más caro si solamente lo iba a utilizar una sola vez, pero como les dijimos que si acostumbramos a ir a la montaña, pues si le iba a dar un buen uso en el futuro. También uno que nos atendió tenía ropa rota y gastada, diciendo que no necesitas tanto para ir a las torres del Paine, porque en esa época que fuimos noviembre, no hacía mucho frío. Yo hice cita en un lugar de masajes, relajación y yoga, porque estaba mal de las lumbares y cadera, para luego buscar más opciones de compra de la cocinilla. Vimos que era más rentable, comprarla que rentarla. Llegué a mi cita al lugar Mandala Andino. La masajeadora me ayudó en quitarme las contracturas. Compramos la cocinilla de la marca Doite y mi esposina se compró una botella de agua, que da un sabor distinto, además de mantenerla más fresca. Luego fuimos al supermercado, para comprar lo que nos faltaba de alimentos para llevar al día siguiente a las Torres del Paine de los 4 días de trekking de la W. Compramos plátano, manzanas, huevos, pan tostado, rebanadas de jamón, leche. Luego fuimos a cenar a un lugar italiano, donde comimos unos ricos paninis, donde entró un chavo quien tocaba el violín de una buena manera. Regresamos al hostal, preparamos nuestras maletas, llenamos las camel bags y nos dormimos.